Reforma política: para consolidar el régimen democrático
Henry Pease García, Giofianni PeiranoRecién en 1963, en los famosos cien primeros días de su primer gobierno, el presidente Belaunde creó el Banco de la Nación. Con ello reemplazó la vieja Caja de Depósitos y Consignaciones, que cobraba los impuestos y era manejada por el núcleo de los banqueros de la vieja oligarquía. Recuerdo una investigación que mostró que en los seis años del gobierno del presidente Prado (1956-62), con un Fondo de Educación Nacional de 80 millones de soles por año, apenas se construyeron 400 aulas en el Perú; no se encontró robo, pero sí se probó cómo lucraba, en ese tiempo, con el dinero público el viejo Banco Popular de los Prado: en la práctica se depositaba, pero este no se gastaba.
Hasta el Banco Central de Reserva era manejado directamente por los banqueros de la vieja oligarquía, en evidente confusión de lo público y lo privado, pues tenían mayoría en el directorio. El gobierno designaba al Presidente del bcr, pero este quedaba en minoría. No era absurda, pues, como tantos pensaron, la actitud del Presidente Belaunde cuando la víspera de la devaluación de 1967 declaró que «devaluar sería una traición a la Patria».